El cervatillo salvador:- cuento original por Alba.

Una noche calurosa del verano, cuando todo el bosque estaba seco y había sequía, hubo una tormenta muy fuerte. A medianoche cayó un rayo inmenso que iluminó el oscuro cielo. Por mala suerte cayó en el gran árbol, en el que cuenta una leyenda que ese viejo y fuerte roble dio vida a todo el bosque. El gran roble se incendió y poco a poco se fue quemando el bosque; no había nadie por los alrededores que pudiera apagar el incendio.

 El fuego arrasaba todo y hasta los ríos que llevaban tan poco agua parecían encogerse ante las llamas. Esa oscura noche que fue larga para todos los animalillos del bosque, una verdadera pesadilla.

 A la mañana, cuando se despertaba el sol,  el fuego se quedó sin alimento y el incendio desapareció.

 Aunque no se vieran ya todas esas rojizas llamas, el paisaje dejado por la catástrofe era desastroso. Todas las plantas convertidas en ceniza y todos los animales obligados a  huir buscando un lugar seguro.

 De pronto una cara con su rostro asustado y sucio se asomó por detrás de una gran roca. Fue saliendo poco a poso de su escondrijo. Era un pequeño cervatillo con algunas quemaduras por su débil cuerpo. Sus patas temblaban al caminar y debajo de sus pezuñas crujían algunas ramas medio quemadas. El pequeño cervatillo avanzaba lentamente y con mucha prudencia. De pronto el cervatillo se desplomó cansado y hambriento. Sus ojos empezaron a temblar y de ellos salieron unas brillantes y cristalinas lágrimas. El débil cervatillo se durmió. Cuando sus lágrimas tocaron el suelo, unas florecillas brotaron como por arte de magia. El cervatillo se despertó y había una leve pero constante lluvia. El pequeño animal se refrescó con esa agua y algunas de sus quemaduras se curaron, el pequeño se quedó sorprendido y se levantó. Encima de el nació un precioso arco iris con sus siete alegres colores. Una fuerza mágica empujó al sorprendido y un poco asustado cervatillo hacia el precioso arco iris, ahí el cervatillo empezó a flotar y subió y subió. Se encontró en una suave almohada, las nubes. Enfrente de él se encontraban los siete colores del arco iris, cada uno de ellos le dio algunos dones al cervatillo.

 El rojo le dio el don de la vida y la pasión, el naranja la alegría interior que transmite energía positiva, el verde la esperanza, el índigo la fantasía y los sueños, el violeta la paz y la armonía, el azul la tranquilidad y la paz espiritual y el amarillo la alegría, la felicidad y la fortuna. Después de esto los siete le dijeron:

–        Estos poderes sólo los podrás usar una vez, así que piénsalo bien.

El cervatillo se fue.

Primero fue a buscar a los demás animales. Todos estaban asustados y peleándose. El cervatillo usó los poderes que le había dado el violeta, la paz y la armonía. Todos se hicieron amigos pero tristes por lo ocurrido, el cervatillo usó el poder del verde, la esperanza, en el interior de todos los animales brotó la luz de la esperanza. Luego usó el del naranja, la alegría interior. Ahora todos estaban llenos de energía y tan nerviosos que no podían entenderse entre ellos. El cervatillo usó los poderes del azul, la tranquilidad y paz espiritual. Cuándo todos le escuchaban el cervatillo anunció:

-¡Tenemos que salvar el bosque!

Todos estaban de acuerdo pero no sabían como hacerlo, así que el cervatillo a cada uno/a de ellos les dio una parte del poder rojo, la vida y la pasión. El bosque con todo el esfuerzo volvió a ser verde y frondoso. El cervatillo se convirtió en el ciervo, el rey del bosque y pasó de ser un cervatillo miedoso. El cervatillo se quedó el poder de dos colores las fantasías y sueño del índigo para cada día pensar como hacer el mundo mejor, y también el poder del amarillo para que nunca más tuvieran escasez.